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Casualidades

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 https://amzn.eu/539LP8I El cielo de Mirber era nublado ese día, pero decidí salir para que me diera el aire. Sin paraguas, aunque llovía a cántaros. Quería sentir el agua fría sobre mi piel, aunque no podía borrar las huellas del amor que aún sentía por Taylor. Nuestra relación había finalizado y tenía que soltar las cenizas de ese enlace al aire, pero no sabía cómo.     Me puse a pasear con pasos cortos, la capucha de la sudadera en la cabeza y las manos en los bolsillos. La normalmente bulliciosa carretera principal de Mirber estaba ahora vacía, solo algún coche tan perdido como yo pasaba de vez en cuando. La lluvia se escurría de los techos de las casas y no había ningún ser humano en la calle, pero yo me acerqué al parque de los patos, que se encontraba a cinco minutos de mi casa. Las gotas grandes de agua me tocaban con violencia la cara, pero las ignoraba, intentando mirar hacia delante.     Después de un rato ya empezaba a verse el lago, lleno de espadaña a su alrededor y